Señor Rajoy…
No me pida paciencia, porque a pesar de
ser conocida por tener muchísimos defectos pero una sola virtud, la paciencia,
esta se me ha agotado por lo que a usted y a su ejecutivo respecta.
No me diga que hoy estamos mejor que hace
un año. No me lo diga porque no es cierto.
No me diga que el gobierno que usted
preside sabe hacia dónde va. No me lo diga porque no es cierto. A pesar de que
el Ministro Montoro no se canse de decir que “el gobierno ha encontrado la
senda”. Cual, ¿la de ladrillos amarillos, la de la desesperación, la que
conduce al abismo?
No me diga “que sabe que vivimos la mayor
crisis en años y que entre todos estamos demostrando dedicación, pundonor y
coraje”. No me lo diga porque ni usted ni sus Ministros tienen la más remota
idea de lo que sucede en la calle.
No sonría nunca más en lo que le quede de
legislatura, hasta que no tenga motivos sobrados para sonreír. Diga a sus
Ministr@s que sus sonrisas de autocomplacencia son indignantes, insultantes,
enervantes. ¿Qué hacía sonreír el pasado viernes a la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría
y a los Ministros Montoro y De Guindos? Dígamelo porque me intriga.
Es atroz, inhumado, despiadado y humillante,
entre otros adjetivos que componen una posible lista para definir como nos
sentimos l@s ciudadan@s de este país, que en la rueda de prensa posterior al
Consejo de Ministros semanal anuncien que la situación sigue siendo desastrosa
y lo hagan sonriendo…
No me diga que usted y sus Ministros seguirán
dedicados a resolver los problemas de los españoles. No me lo diga porque
ustedes son el problema.
Dígale al Ministro Montoro que cuando se
refiera a que las pensiones no se actualizarán no debe añadir bajo ningún
concepto que “no es bueno que suban de forma alocada”. Es más si tiene valor
suficiente, que salga a la calle, se acerque a algún grupo de pensionistas y
les cuente su idea…le animo a que viva una experiencia única que mejorará su
forma física y su velocidad en carrera. No sabe lo que pueden correr los pensionistas
cabreados.
No me diga que “las familias no aprecian
la mejora económica pero que ya se apreciarán los datos”. ¿Cuándo? ¿Cuándo ya
no quede nadie para apreciar sus logros?
No me diga que debo recortar más los
gastos. Ni se atreva. Mi nevera emite un ruido espantoso cuando la casa está en
silencio. Se queja porque está vacía.
El alcalde de una población de las pocas
que presentan superávit al cierre del ejercicio anterior, un alcalde nada sospechoso porque es
de su Partido Popular, dice ante las cámaras que no se aprueba medida alguna
sin el consenso con otros grupos municipales, a pesar de tener mayoría
absoluta. Que el dialogo es posible y necesario. Que es un ejercicio de
democracia.
No me diga que ha recortado todo lo
recortable en partidas presupuestarias publicas que pueden recortarse porque no
es así.
El Ayuntamiento de París, que habitualmente
cuenta con 40 asesores funciona actualmente con 33. Los asesores son gente
dedicada a la imagen de los consistorios, a los eventos, a promocionar el noble
arte de Cuchares… El Ayuntamiento de Madrid cuenta con unos 200 que cuestan 850
millones de Euros entre los cuales destaca un nombre no sé yo si será ejemplo
de eficiencia pero si de una nueva forma de opositar, Ángel Carromero.
Ah en cuanto al Ayuntamiento de
Barcelona, pase y vea que imagino que por aquí tampoco andamos finos. A pesar
de que el Alcalde diga que tenemos superávit a mí me cuesta creerlo. Sin ir más
lejos hace unas semanas acudí, con cita previa por supuesto, a los Servicios
Sociales de mi Distrito. Intentaba gestionar una ayuda para mi padre o para mí
(soy la desempleada cansina que ya no tiene prestación por desempleo y que
cobraba 139 Euros durante 6 meses). Incluso me ofrecí para desarrollar alguna
actividad a cambio de esa “ayuda”. La respuesta fue contundente “no había nada
para nosotros”. Eso si, el consistorio esperaba impaciente los casi 400 Euros
en concepto de Bienes Inmuebles y los 15 Euros restantes de impuestos para
mantener la tumba-nicho en la que descansan mi abuela y mi madre.
Dígale al Ministro Wert que su ley LOMCE
es un compendio claro de “no he comprendido nada”. La formación de nuestros jóvenes
garantiza nuestra competitividad. Esa competitividad a la que ustedes tanto se
refieren.
Ni ustedes ni otros sectores de la política
implicados en la enseñanza tienen la potestad ni la verdad absoluta para
dictaminar y decidir. Han tomado las diferentes lenguas de esta suma de
comunidades, castellano-catalán-euskera-gallego, como rehenes de una guerra que
acabó en 1939, una guerra que ni tan siquiera debió empezar en 1936.
Dígale al Ministro Wert que no somos
competitivos ni lo seremos mientras se mezcle política con enseñanza. Los
alumnos deben estudiar, aprender y sobretodo y por encima de todo comprender.
No comprenden, aprenden de forma automática, memorizan, su nivel académico es
bajo, su nivel de comprensión lectora un desastre. Y no, no es culpa de los
docentes. El sistema está diseñado con la parte interior de la punta del zapato
derecho.
Y sí es por eso por lo que se han
encerrado este fin de semana padres, madres, hijos, hijas, docentes en varios
centros de enseñanza pública.
Por cierto ya que estamos ya que defiende
tanto la Constitución, le recuerdo que la Carta Magna habla de que el idioma
oficial de esta extraña realidad es el Castellano, no se habla de español. Se
habla de Castellano. Y ya puestos repase la historia y recuerde la figura de un
gran rey castellano Alfonso X el Sabio que fundó la Escuela de Traductores de
Toledo, y que reconocía por ejemplo que el gallego era la lengua más adecuada
para la poesía, de ahí que Sus Cantigas a la Virgen fuesen escritas en la noble
lengua de Galicia. Del catalán no hablaba porque era un territorio
independiente, con sus normas y sus cositas, sus leyes, y sí, su lengua.
Dígale a quien corresponda que le
explique a la cara a los más 240.000 dependientes de este país porque hay
siempre dinero para todos menos para ellos y sus familias. Dígales porque se
destinan fondos públicos a mantener una institución religiosa que en teoría ha
hecho voto de pobreza.
Mañana a las 9 de la mañana tengo
concertada una cita previa en mi oficina de empleo, ya sé que suena a chiste
pero es así. Necesito saber si puedo optar a una ayuda oficial. Y le confieso que
no las tengo todas conmigo, porque como dice el aserto popular “estoy tan hecha
a perder que el ganar me da extravío”.
Pero sabe que es en realidad lo que
quiero…un trabajo…no una ayudita…un trabajo. Ya sé que físicamente no puedo aportar
demasiado. Pero incluso con mis limitaciones digo yo que algo podré hacer para
contribuir al esfuerzo colectivo.
Señor Rajoy…estamos de acuerdo en que el
Señor Rodríguez Zapatero no ha sido precisamente una lumbrera gestora…pero
usted tampoco pasará a la historia como el estadista que siempre ha soñado ser…jamás
lo será.
Plante cara a la Señora Merkel, a los
banqueros, a quienes tanto le exigen…y por favor diga a los que usted y yo
sabemos que dejen de meter mano en la caja publica, que así no vamos bien.
Para empezar, podrían trabajar este próximo
puente ¿no? Como mucho descansar el Primero de Mayo. Pero luego trabajar un
poquito. Y diga a quien corresponda que el viaje a la Coronación del futuro rey
Guillermo Alejandro de Holanda, no era buena idea. Yo creo que si le dicen al
futuro rey de Holanda que no se puede gastar dinero en esas cosas porque el
pueblo lo pasa mal, lo comprenderá. Los holandeses tienen fama de ser majos y
comprensivos.
Ah y dígale también a la Vicepresidenta Sáenz
de Santamaría que la pregunta que le hizo una periodista el viernes sobre “si
ante la situación del país el gobierno no teme un estallido social”, que lo
mejor hubiese sido contestarla con sinceridad y no dedicarse a fintas y
bordados verbales. Por una vez que alguien hace una pregunta en rueda de
prensa, inteligente y directa…
No señor Rajoy no me pida más paciencia…porque
se me ha acabado…porque tengo hambre “de sed y justicia” como dijo el gran
maestro de la misericordia y el perdón cuyo nombre toman usted y los suyos
demasiadas veces en vano…y porque más que una bienaventurada soy una “desesperada”
Y por cierto la solución para empezar no
es dimitir…sino remangarse y recoger con las manos tanta agua residual que
amenaza con ahogarnos. Sea valiente. Recuerde todas las ocasiones en que
maldijo ser un segundón en su partido. Ahora ya es Presidente. Como puede ver
una gran responsabilidad. De la cara. Déjese de macroeconomía y macropuñetas.
Las pequeñas y minúsculas empresas son la verdadera sangre de este país.
No le he votado ni le votaría jamás. Eso
que le quede claro. No es usted de mi cuerda. Lo único que me importa es ver a
mi gente segura y pensar que el futuro será un poco más tranquilo.
Y un último secreto. Nunca olvide que si continúan
con este austericidio, al final no quedaremos demasiados con vida a los que
pueda exprimir en el futuro. Dice el refrán que nunca debes morder la mano que
te da de comer. Y usted y los suyos comen, y de que manera, porque todavía
queda un 30% de valientes que salen cada mañana a la calle porque conservan su
puesto de trabajo.
Si se los carga, no hay impuestos ni
consumo. ¿No le preocupa? Pues yo de usted empezaría a hacerlo porque a este
paso…las cosas serán peor. Mucho peor.