Decir que en los últimos años todos sin
excepción, estamos estresados, quemados y hartos de la realidad que nos rodea, no
es una frase hecha.
Hemos cruzado todos los límites físicos, psíquicos,
emocionales, materiales y morales que un ser humano, una sociedad puede
soportar.
Participamos en una carrera de fondo, en la
que la única meta, el único premio, es sobrevivir.
Luchamos por nuestra vida, por nuestros
principios, por aquellos a los que amamos, por nuestro futuro.
Lo peor de todo esto es que no nos hemos
metido en esta competición por voluntad propia, sino empujados por una serie de
variables que otros han elaborado y que al parecer se les han escapado de las
manos.
No se cómo están o son las cosas en otras
latitudes. Lo intuyo en función de la información que me llega a través de la
prensa pero en realidad no lo sé a ciencia cierta porque no vivo en otras
latitudes. Vivo aquí. Rodeada por el Mar Cantábrico, El Mar Mediterráneo y el Océano
Atlántico.
Esta es mi realidad. Este es mi entorno. Y de
esta latitud si puedo hablar.
Estamos tan quemados, tan cansados, que no
admitimos el dialogo. Nunca nos hemos caracterizado por ser un país calmado, ni
de términos medios. No sé si se debe a nuestras raíces sureñas, o a que somos
el fruto de infinitas influencias culturales…no lo sé.
Lo único que sé es que últimamente nuestra
tolerancia hacia cualquier opinión que no coincida con la nuestra es nula.
Pero lo más curioso es que incuso opinamos
sobre temas o conversaciones en las que no hemos sido incluidos directamente.
No se trata de defenderse de alusiones
directas hacia nuestra persona. Simplemente se trata de ataques más o menos
furibundos que quien los recibe en ocasiones, se pregunta “¿ esto a que viene
ahora ?”.
Imaginemos por ejemplo que uno de nosotros
camina por una acera y a unos metros de distancia puede ver como un grupo de
personas charlan de “sus cosas”. Ahora hemos llegado a la altura de ese grupo y
escuchamos un retazo de conversación, que no nos atañe, porque no iba dirigida
a nosotros, y además el ruido ambiental distorsiona esa parte final.
¿Os podéis imaginar ahora que de pronto os
metéis en esa “conversación” y os dedicáis a opinar de lo que creéis que tal
vez es una ofensa hacía vuestra persona o vuestras creencias? ¿Imagináis que
incluso llegáis a insultar o reconvenir a personas que no conocéis?
Yo por lo menos no me imagino haciéndolo. En
primer lugar porque es una conversación ajena, sobre la que me puedo pronunciar
a través del pensamiento silencioso, pero que a la que no he sido invitada.
Bien pues eso es lo que me sucede en ocasiones
en las redes sociales y en particular en los últimos días.
Twitter por ejemplo es como la plaza del
pueblo: todo se habla, de todo se opina, todo se comparte…y algunas personas
incluso intervienen en “pequeños foros abiertos”. Pero estas intervenciones en
los últimos tiempos no vienen acompañadas precisamente de buen rollo.
La primera de estas alusiones a las que me
refiero, me llegó hace dos días.
Alguien comentaba en tono jocoso la angustia
que le produciría la visión de un grupo de conocidas damas de la información de
clara postura conservadora, en el mismo plató de televisión al mismo tiempo.
Yo me limité a confirmar que tal posibilidad
también me angustiaba y que prefería no imaginarlo porque “mi única neurona” se
negaba y había huido despavorida. Tras risas y saludos, me retiré de ese
pequeño foro y me dediqué a mis cosas.
La sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que
alguien me decía “que era cierto, que para neurona única la mía”. Por lo visto
esta persona era una gran admiradora del grupo de damas en cuestión.
Yo en ningún momento había cuestionado la
capacidad intelectual de las damas citadas. En absoluto. Alguien que es reconocida
por su profesionalidad y su sólida reputación merece mi respeto. Únicamente
había expresado la diferencia ideológica entre ellas y mi persona.
Mi respuesta a quien opinaba sobre mi neurona
fue “que era muy amable” y la suya fue “que de eso se trataba de ser amable”.
Bien, que algo no me guste, que no coincida ideológicamente
con un grupo de personas, que no me convenza lo que piensan, no impedirá que
les salude a la entrada o salida del ascensor, les ceda el paso si resulta
necesario o les dé las gracias si me pasan la sal o el pan.
La segunda muestra de crispación se ha
producido esta mañana.
El Alcalde de Jun, a través de su cuenta de
twitter preguntaba
“ ¿Hasta
cuándo vamos a dejar que las grandes empresas españolas les interese más pagar
multas que ponerse de acuerdos para subirnos precios? ”
Sigo desde que llegué a twitter al Alcalde de
Jun, es decir mucho antes de que se presentara como posible candidato dentro
del PSA-PSOE tras la dimisión del Sr Griñan. Las opiniones del Alcalde de Jun su
interés por las nuevas tecnologías, por la realidad del siglo XXI me gustan.
Bien, yo le he respondido, he expresado mi
opinión:
- ¿Hasta cuándo vamos a tolerar esta muerte en vida, esta falta
de respeto, este desprecio, este apropiarse de vidas y haciendas?.
- La empresa privada es canalla por definición y nacimiento…pero lo grave
es la reacción de la clase política.
- La clase política ha convertido el patrimonio del ESTADO de EL PUEBLO
en empresa pública que puede enajenar y destruir.
A partir de ahí, las alusiones han sido
continuas a lo largo del día.
- ¿Qué
la empresa privada es canalla? Sra mía la empresa privada sustenta este país.
No hable sin saber
- Sra hablo con
conocimiento de causa Puede no compartir mi opinión pero no me mande callar.
Buena jornada.
- Su
experiencia personal no la autoriza a menospreciar el esfuerzo de miles de
pequeñas y medianas empresas.
- es que las pequeñas medianas y minúsculas empresas para mi
merecen un aplauso y un esfuerzo
- cuando hablo de
empresa “canalla” me refiero a otro tipo de corporaciones más potentes y con
menos humanidad.
-las PYMES reciben
poca protección y mucha presión. Insisto buena jornada.
La respuesta final ha sido más agradable
- Desde
luego así es. Le agradezco que lo haya aclarado. Buenos días.
Y cuando ya creía que todo había acabado me
encuentro otra alusión en esta ocasión de otro caballero que me dice
- No
generalice por favor. Ese es el problema de este país. El empresario autónomo o
Pyme es trabajador y sobretodo valiente.
- y que es lo que he
dicho? Haga el favor de leer el resto. Los autónomos y demás emprendedores
merecen respeto y apoyo.
- He leído
el resto. Lea usted bien. Digo el titular.
Vaya...ahora no se leer...Pues nada me lo he leído. El Alcalde de Jun
había compartido en un texto anterior el enlace de una publicación digital en
la que aparecía un noticia relacionada con “el futuro presidente de la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia, José María Marín Quemada, conocido como el “superregulador” tendrá
que dirimir sobre dos expedientes sancionadores abiertos hace apenas un mes por
la Comisión Nacional de la Competencia a Cepsa la empresa de la que el
catedrático fue directivo durante más de 20 años. Los expedientes en los que
fue incluida CEPSA hace dos meses están relacionados con el sector de
distribución de carburantes, en España y por posibles pactos de precios. A
partir de octubre el nuevo “superregulador” debe decidir si impone sanciones a
la compañía o archiva el proceso”.
Y creo que he entendido la noticia, su
alcance y lo que significa para muchas personas que dependen del suministro del
carburante para subsistir.
Y he vuelto a leer mi texto y no he mencionado
en momento alguno a los autónomos y emprendedores. Ni se me ocurriría.
Pero me reitero en que por definición “la
empresa” la alta empresa, los lobbys, las multinacionales, los consorcios, los
grandes grupos empresariales, no son organizaciones benéficas. Sus creadores,
los componentes de los cuadros directivos no son precisamente seguidores de la
doctrina de la paz universal y el buenrollismo cósmico.
Si crean un negocio, una empresa es para
obtener beneficios. Cuanto más elevada sea la alta cifra resultante en la
columna de beneficios más elevada será su satisfacción, más elevado será el
número de palmaditas con las que se obsequiarán para celebrarlo.
Y si esos beneficios se obtienen gracias a un
plan que incluya la inversión más baja su satisfacción será doble o triple o
infinita.
Es la base sobre la que se sustenta el
sistema económico en el que estamos inmersos, el capitalismo.
Como mecanismos reguladores que impongan
algún limite a esta dinámica, podríamos decir que la naturaleza ha dotado a los
verdaderos responsables del milagro económico de un carácter peleón e
inconformista. Me refiero a los asalariados, los obreros, la base productiva.
Pero en los últimos años, meses, quienes
soportan el peso de las circunstancias de una economía global enferma y
agónica, son otro tipo de empresarios, de emprendedores, de valientes, a los
que jamás llamaría “canallas”. Jamás.
Hace muchos años una de estas valientes me
dijo algo muy cierto al respecto.
Puesto que no encontraba trabajo, tal y como
concebimos la idea, es decir trabajar por cuenta ajena, decidió montar un
negocio, una empresa. Y gracias a esta idea durante un tipo yo también encontré
trabajo, porque me ofreció una oportunidad, que recuerdo con gran afecto y que
me proporcionó un bagaje vital y profesional que no habría atesorado de otra
forma.
Esta valiente siempre hablaba de PMYME…Pequeñas
Medianas Y Minúsculas Empresas.
Y creo que tenía mucha razón. Las Minúsculas
empresas suelen contar con un motor único que es empresario, comercial,
secretaria, obrero, relaciones públicas…todo al mismo tiempo…porque se trata de
una sola persona, a lo sumo dos.
No tienen días de vacaciones, no pueden
ponerse enfermos, no pueden defraudar al cliente, deben pagar puntualmente los
impuestos hayan obtenido o no beneficios, deben pagar a sus proveedores, suministros
(agua, luz, gas, teléfono, internet, alquiler…), hacer frente a los pagos de un
crédito si lo han solicitado y en caso de que finalmente se lo hayan concedido…y
si pierden su trabajo, si su empresa quiebra, deben seguir pagando deudas y no
tendrán derecho a un subsidio por desempleo…
Esa es la realidad de las Medianas, Pequeñas
y Minúsculas Empresas.
La actual crisis además les ha golpeado más
fuerte si cabe porque los bancos a los que hemos rescatado entre todos, tras
una gestión desastrosa, les niegan el pan y la sal, les niegan créditos que les
permitan respirar.
Y no os cuento como lo tienen los nuevos
emprendedores, aquella gente que se arriesga e intenta montar una empresa un
negocio, sin plantearse ni por asomo que el final de su vida laboral sea
tranquilo y digno. Simplemente quieren vivir, sobrevivir, comer y pagar un
techo que les cobije. Nada más y nada menos.
El pasado 15 de mayo Mariano Rajoy se reunía con
sindicatos, Ignacio Fernández Toxo
(UGT), Candido Mendez (UGT) y patronal,
Juan Rosell (CEOE) y Jesús Terciado (CEPYME), para hablar de medidas concretas
centradas en la reactivación económica, la creación de empleo y la protección
social.
Creo que no es necesario comentar el
resultado de la citada reunión ni lo que de momento llevamos pasado y sufrido
desde entonces.
No es necesario comentar o recordar las
propuestas, afirmaciones y demás ideas peregrinas con las que a diario nos
obsequia la CEOE.
Y tampoco creo necesario comentar las
prácticas de la alta empresa, de ese colectivo que habla de beneficios y de macroeconomía.
A mí me interesa la microeconomía. La
chiquita. La valiente. La que no se rinde. La que genera un grupo de gente que
se duerme calculando las deudas, buscando alternativas para no desaparecer,
intentando cumplir con los plazos de los pagos pendientes, que concilia vida
familiar y personal con vida laboral de puro milagro.
A mí me interesan…
-Ángel especialista de la construcción que no sabe como le irá a partir de otoño...
-Gema y su esposo que viven en Zamora, en un
pueblo. Ella tiene un negocio pequeño y él es ganadero.
-Juande, taxista, con vehículo propio, autónomo
y que sortea la crisis como puede.
-Alejandra, profesora de piano y canto, que
ha creado una escuela de música.
-Olga que vende telas, fieltros y materiales
diversos en un mercado municipal.
-Neus que vende ropa femenina, especialmente
tallas grandes, en un mercado municipal y que actualmente está de baja…
-Miquel y Consuelo vendedores de frutas y
verduras y que jamás me han negado una pieza de comida aunque no haya podido
pagarla.
-Georgina que no solo vende frutos secos sino
alegría.
-Paqui que siempre distrae un bistec o una
hamburguesa para que pueda dar de comer a mi padre…
-Santi que siempre ha estado cuando mis
padres han necesitado una medicina, un remedio, una ayuda…primero pregunta que
es lo que necesito y si no puedo pagarlo sonríe y me dice “tranquila ya lo
encontraremos”.
Son tantos, son tantas… están detrás de un mostrador dispuestos a escuchar y atenderte, sin perder la sonrisa, sin importar lo cansados que estén...
Pescadores, agricultores, ganaderos … sometidos a un mercado cambiante, a la regulación de la UE, a la competencia con otros productores comunitarios...y que yo recuerde las lechugas, las merluzas o la leche por el momento no se sintetizan en laboratorio...bueno lo de Monsanto lo dejo para otro día.
A todo ello, debemos sumar la influencia de la meteorología, la inseguridad en zona agraria, que ha llevado a los pequeños y medianos agricultores a patrullar sus tierras de noche...
Nos hemos olvidado de ellos...primero fue en favor de la burbuja inmobiliaria, la construcción y su crisis que dejó en la cuneta a pequeñas constructoras, a fabricantes de tuberías, de ladrillos…
Al mismo tiempo también quedaba tocada la industria del automóvil.
Una industria que actualmente continúa
recibiendo subvenciones que en teoría debían servir para renovar el parque automovilístico
del país, fomentando el empleo y al mismo tiempo reduciendo teóricamente la
siniestralidad en carretera.
En las últimas semanas se ha informado de una
práctica realmente curiosa. Alguien compra un coche de un desguace, lo presenta
como su viejo coche y se aplica la subvención. Y nadie dice nada.
De la gran empresa y la minúscula empresa
conozco lo suficiente como para poder opinar.
Mi padre trabajó durante casi 30 años en una
empresa dedicada a la metalurgia. Una empresa de gran reputación y fama.
Llegados los 80 esa gran empresa de gran
reputación y fama, se vio enfrentada a la Reconversión Industrial ideada por el
Ministro Solchaga, y que según se nos dijo era necesaria para que España fuese
digno miembro de la Unión Europea. Era la llamada Europa de la Velocidad Única.
Más tarde se habló de la Europa de las Dos Velocidades y la Europa de las Tres
Velocidades.
Para que aquella gran empresa pudiese seguir
produciendo, para que sus obreros no engrosaran las listas del paro, los
propietarios de la firma, solicitaron una ayuda económica a la UE con la
condición de invertirla en la renovación y modernización de sus sistemas de
producción.
Y la UE concedió la ayuda porque la empresa
era famosa y aparentemente fiable.
Pasado un tiempo, por sorpresa, la UE envió
una inspección a las instalaciones de la empresa para comprobar sobre el
terreno la inversión comunitaria. La sorpresa fue mayúscula para los
inspectores de la UE. Las cuentas no cuadraban. El dinero no aparecía. Las
maquinaria seguía siendo obsoleta, improductiva…alguien había pintado las
estructuras de la maquinaria, las había maquillado para que pareciesen nuevas…
Podéis imaginar la reacción de la comisión de
la UE y el resto de la historia.
Algunos de los obreros tuvieron suerte puesto
que el gobierno autónomo se convirtió en árbitro del asunto y obligó a la
empresa a regular los despidos, las indemnizaciones y el acceso al subsidio de
desempleo.
No todos los miembros de la plantilla aceptaron
las condiciones del arbitraje y pensaron que si resistían unidos obtendría un
mejor plan. Pero no fue así.
Mi padre aceptó la indemnización, capitalizó el
subsidio del desempleo, añadió los ahorros familiares y solicitó un crédito.
Él y mamá alquilaron un local y se
convirtieron en “minúsculos empresarios del sector de la alimentación”.
Durante algunos años todo fue bien. Mucho
esfuerzo, sacrificio, pagos puntuales, suministros, el crédito y las cuotas de autónomo
de papá. Trabajamos muy duro los tres.
Luego papá empeoró de sus lesiones en la
columna, su operación de hernia discal…y traspasamos el negocio.
Descubrimos entonces como es el final de la
vida laboral de un autónomo. No importa si antes has cotizado en régimen general
de la seguridad social. No importa. Solo cuentan los últimos años. Y el
resultado es desgarrador, descorazonador, deprimente.
Mamá se dedicó a trabajar de forma
esporádica, cosiendo en casa, como limpiadora contratada por una ETT y
finalmente en una portería.
De nuevo sorteábamos los obstáculos. Hasta
que mamá empezó a no ser mamá. Y llegó a nuestras vidas un compañero
devastador: Alzheimer.
Los que conocéis este pequeño espacio que es
vuestro ya sabéis la historia.
Ahora papá, es un pensionista que sobrevive.
Y yo soy una desempleada, que busca y no
encuentra…que percibo una ampliación de mi subsidio de desempleo (fue de seis meses
139Euros netos) de 63Euros que acabará en octubre.
No se cuál será el futuro. Como será. Solo se
que formo parte de una legión de 6 millones de desempleados que no parados. Y
que aunque digan que la macroeconomía va bien, la microeconomía, la minúscula no
va bien.
En fin…como veis jamás diré nada en contra de
los pequeños y minúsculos empresarios…
Pero sí que me pronunciaré siempre contra la
falta de escrúpulos de la gran empresa…o como mínimo de lo que la gran empresa
representa en este país…lo que la CEOE representa. Nunca estaré de acuerdo.
Me pronunciaré claro y alto, sin insultar ni
emplear términos despectivos…
Puede que no estemos de acuerdo. Pero por
favor escúchame y si quieres aportar algo, hazlo de forma respetuosa.
Si no te gusta lo que opino, perfecto. No importa. Si quieres compartir tu punto de vista mejor.
Olvida la crispación y recuerda: tengo el mismo derecho que tú a opinar.
Gracias por la paciencia y la atención.
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