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domingo, 8 de junio de 2014

REPÚBLICA//MONARQUÍA: ESPAÑA 2014

En este preciso instante una cadena generalista privada ofrece al público un debate, con caras demasiado conocidas de la política y la información. 

Y como llevo haciendo desde el principio de esta semana he decidido ignorar el debate, la pretendida información que un bando en concreto ofrece y con el fin de evitar que mi presión sanguínea se eleve hasta límites que resultarían peligrosos para mi integridad, cambio de canal, me decanto por un nuevo episodio de Los Pingüinos de Madagascar y empiezo a relajarme. 

Desde que empezó esta larga y dramática crisis, el enfrentamiento verbal en el país es cada vez más difícil de tolerar. 

Que los políticos se enfrenten verbalmente en el Congreso de Los Diputados y en los Parlamentos y Foros Autonómicos, lo puedo entender hasta cierto punto. 

Pero que ese enfrentamiento, esa polarización, la lleven a cabo los miembros de la prensa, que se supone que deben informar y tratar de ser imparciales, raya en la náusea. 

Y lo peor es la capacidad que políticos e informadores han desarrollado para ignorar la realidad, los datos históricos, en suma la verdad. 

Esta semana en particular esta actitud ha alcanzado límites que si no fuesen reales y constatables resultarían dignos de un guion de ciencia ficción de bajo presupuesto y peor factura. 

A principios de semana Juan Carlos I sorprendió al país anunciando su abdicación en la figura de su hijo Felipe de Borbón y Grecia. 

Y de ahí a la locura colectiva ha faltado poco. Los dos bandos, las dos facciones, los dos sectores se dividen en: 

-quienes están a favor de un nuevo sistema político tachados de locos, frikis, irresponsables, traidores a la patria, ciudadanos cuya salud mental debería ser sometida a diagnóstico. 

-quienes a pesar de estar en 2014 cuando escuchan la palabra República reaccionan de forma visceral recitando una lista interminable de conceptos que van desde la anarquía y el radicalismo violento, a la Revolución de Octubre de 1917. 

El segundo sector olvida que estamos en 2014 no atiende a razones, al menos las que no sean las propias. Anclados en el inmovilismo, compable con el derecho consuetudinario, no aceptan cambios de guion. 

Su argumento aparentemente débil y simple en realidad encierra una gran perversión de pensamiento.

Simple y llanamente “para que cambiar lo que a ellos les parece cómodo y seguro, para que aventurarse en terrenos que no les ofrecen garantías de que podrán dominar la situación…”

Por lo visto sus logros son demasiado valiosos, tanto que no están dispuestos a arriesgar lo que tienen. 

Desde 1977 esa perversión inmovilista que un amplio sector defiende con argumentos tan complejos y maduros como “porque yo digo que no, porque es que no …” goza de un estado de salud optimo en España. 

Conducir al país a través de la senda de la Transición tras la muerte del dictador Franco, fue un ejercicio de equilibrios y filigranas, digno de un diseño de encaje de bolillos complejo y preciosista.

Pero ese virtuosismo socio político, siempre avanzó acompañado de un lado oscuro. Cada vez que un sector proponía nuevos avances el poder establecido exageraba los peligros que nos acechaban en cada recodo del camino: los conflictos gravísimos para un joven sistema, mención velada de una nueva guerra civil.

Tras el 23-F un hecho que consolidó la voluntad democrática, España no avanzó y la ciudadanía permitió que el discurso paternalista de las Instituciones les convenciera de su eterna minoría de edad ideológica, de su escasa preparación para enfrentar los desafíos futuros y de la necesidad de que los Partidos Políticos Mayoritarios se hiciesen cargo del país y de los ciudadanos. 


Y aquí estamos.

Inmersos en una crisis económica, social, política y moral que nunca sabremos si se hubiese evitado adoptando medidas renovadoras como en su día hicieron otros países, porque persiste el discurso que presenta los cambios como altamente peligrosos. 

Quienes se han convertido en dueños y señores de nuestras vidas y haciendas nunca han tenido tiempo, nunca han encontrado el momento oportuno para cambiar, mejorar y actualizar las normas que nos rigen. 

Ahora que un amplio sector levanta la voz pidiendo expresar su opinión a través de un referéndum, el sector contrario acostumbrado a decidir, hacer y deshacer, nos dice que es mejor no protestar ni insistir en esos cambios porque no resulta oportuno. 

Quienes han ostentado y ostentan el poder avisan que insistir en esas consignas a favor de un cambio, de una reforma lo único que consiguen es que la situación actual empeore
La abdicación del Jefe del Estado ha resucitado los argumentos del riesgo que entraña pedir un cambio. 

Que España sea más democrática y esté más preparada para enfrentar este nuevo siglo, no depende de si continuará siendo monárquica o si por el contrario será republicana.

Holanda, Gran Bretaña o Suecia son países de monarquía parlamentaria y ejemplo de democracia. 

Alemania, Italia (repúblicas parlamentarias) y EEUU o Francia (repúblicas presidencialistas) son países democráticos. 

Un sistema político republicano (parlamentario o presidencialista) o una monarquía (parlamentaria) no contienen en sí mismos todas las soluciones o la efectividad ante desafíos económicos, sociales y globales. 

Pero lo que resulta obvio es que estamos ante una situación crucial cuyo arbitraje encontramos en la propia Constitución Española.

El artículo 92 de la Carta Magna recoge que 

1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.

2. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados  

Por tanto es posible someter a referéndum la opinión del pueblo sobre si la mayoría quiere que la Jefatura del Estado siga siendo una Monarquía o si prefiere una República, presidencialista o parlamentaria. 

En función del resultado el pueblo español podría alcanzar definitivamente la mayoría de edad que desde hace siglos se le ha negado. 

En caso de que la mayoría del pueblo español aceptase continuar bajo una monarquía parlamentaria, el nuevo monarca debería comprometerse a llevar adelante una serie de enmiendas en su reinado: 
-recordar que el rey no puede opinar (algo que en demasiadas ocasiones ha hecho Juan Carlos I interviniendo incluso en determinadas decisiones)

-que urge modificar el artículo referido a la sucesión regia que prima al varón sobre la mujer, herencia de la Ley Sálica borbónica que nos lastra como país pretendidamente progresista en foros internacionales

-una mayor transparencia sobre las finanzas de la casa real 

-la redefinición jurídica de la inviolabilidad de la figura real.

En caso de que la mayoría del pueblo español optase por una república, está claro que el proceso debería ser concienzudo y objetivo. 

El Monarca podría continuar con sus tareas, teniendo claro que pasado un periodo de tiempo, conocido como Proceso Constituyente, debería dar paso a la nueva realidad política. 

Por tanto, aunque negar la posibilidad de este referéndum se enmarca dentro de la legalidad constitucional, lo más honrado sería que el Jefe del Estado y los representantes de la ciudadanía que forman parte del Congreso de Los Diputados dijeran públicamente 

vosotros podéis protestar hasta que os quedéis sin voz, porque a nosotros no nos da la gana, no nos apetece, no se nos pasa por la imaginación convocar este referéndum que demandáis…A¿para qué cambiar lo que a nosotros, la oligarquía, quienes ostentamos el poder nos favorece y hace que nuestra vida sea cómoda y tranquila?

De momento, el próximo 19 de junio la votación en el Congreso de los Diputados que revalidará la Ley Orgánica elaborada con prisas para normalizar la sucesión real, no será secreta, sino que los diputados tendrán que votar en voz alta, no podrán escudarse en el voto secreto. 

Será una buena ocasión para saber quién dice que y como lo dice. 

Y como no se celebrará ese referéndum, como quienes ostentan el poder no están dispuestos a reconocer que el pueblo es mayor de edad y tiene derecho a decidir sobre lo que quiere y le parece más conveniente, me dedicaré a reflexionar en voz alta en este espacio sobre la historia contemporánea de este país, que a pesar de su clase política y sus gobernantes merece la pena, porque su gente es maravillosa. 


Blanca Fernández

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Gracias a todos por vuestra lectura ycomentarios  

jueves, 5 de junio de 2014

ELECCIONES EUROPEAS (2) (25-5-2014)

Buenooo…por fin… lo he logrado… creo, espero, confío… que en los próximos minutos a nadie se le ocurra dar otro giro de timón, una nueva vuelta de tuerca al panorama político español.

Y mira que decían que lo de las Elecciones al Parlamento Europeo era un trámite tontísimo… pero un poco más y como afirma el chiste “pa habernos matao leñe”.

Parafraseando a Fray Luis de León (que tras pasar 5 años en prisión regresó a su cátedra en Salamanca y el primer día saludó a sus alumnos con la frase “Decíamos ayer”)… 

decíamos que… la noche del 25 de mayo supimos que los resultados de las Elecciones al Parlamento Europeo resultaban inesperados y devastadores para algunos sectores e inesperados y altamente positivos para otros.

A pesar de que los dos partidos con mayor representación en el Congreso de los Diputados han perdido unos 6.000.000 de votantes, a pesar de que la formación Podemos con solo cuatro meses de presencia en el panorama político obtenían 5 diputados… aquellos que se consideran políticos “serios” no aceptaron, aceptan o aceptarán el verdadero mensaje de este resultado.

Ante la novedad que ofrecía la presencia de Podemos en el Parlamento Europeo, el 26 de mayo algunos expertos llevaron a cabo un “divertimento” que de nuevo molestó a las fuerzas políticas eternas.


Este “divertimento” este juego de ficción consistió en imaginar cual sería el reparto de escaños en el Congreso de los Diputados, si estas elecciones del 25-M hubiesen sido Generales.

Y el resultado, era terrible y digno de reflexión.

La entrada de Podemos en el Congreso de los Diputados “constituía” la desaparición de la cohesión del bipartidismo político español.

Empleando los porcentajes del 25-M

-PP obtendría 137 escaños (-50)
-PSOE obtendría 107 escaños (-3)
-IU obtendría 24 escaños (+13)
-Podemos obtendría 19 (+19)

De la misma forma que en un principio “las elecciones europeas eran un puro trámite, vamos que las ganaban sin bajarse del autocar” al conocer estos datos hipotéticos se escucharon voces llenas de tensión “a las que esta exposición les parecía poco menos que un disparate”.

Pero la voz de los votantes no se escuchó solo aquí, sino que retronó, y de qué manera, en el resto de la Unión Europea.

El único país que sigue en la brecha, relativamente tranquilo, es Portugal. Al mismo tiempo que el grupo socialista luso (responsable de tomar decisiones económicas duras, impopulares y discutidas por la población y altas instituciones) ganaba los comicios los llamados Hombres de Negro confirmaban que el país vecino dejaba la zona de riesgo, y ya no necesitaba vigilancia externa.

El panorama europeo general, mostraba una cara menos tranquilizadora tras descubrir que se había colado por la puerta grande de Bruselas, sin rubor y legitimada por los votos de amplios sectores de la población llamada a las urnas la derecha más extrema.

El Frente Nacional Francés liderado actualmente por Marine Le Pen hija del fundador y líder eterno de la formación Jean Marie Le Pen, obtuvo magníficos resultados en todos los departamentos de Francia, excepto en Bretaña.

Con un discurso contundente robado a la izquierda, sin titubear en un solo punto, mostrando una sonrisa amable y formas nada amenazadoras, Marine Le Pen ha captado el voto de jóvenes y obreros.

La líder de F/N ha hablado de la necesidad imperativa de recuperar la identidad y la independencia política y económica de Francia.
Ha apelado entre otras cuestiones a la Grandeur de la República Gala, expresando en voz alta lo que muchos piensan sobre la política europea, las medidas económicas adoptadas por el gobierno socialista o el rechazo a los inmigrantes.

Pero el ascenso de la derecha más extrema no se ha producido únicamente en Francia, sino que también se ha registrado en Dinamarca, Finlandia, Italia, Austria y el Reino Unido.

Si la extrema derecha europea logra 7 diputados, contará con grupo parlamentario propio…

Y esto nos sitúa de nuevo en un estado parecido a la década de 1930.
Pero quienes hablan de “la vuelta de la derecha extrema” están ligeramente equivocados.

Esa extrema derecha que vivió sus mejores momentos desde el inicio del siglo XX y que muchos se empeñan en enterrar tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, esa extrema derecha que sembró el terror en casi todo el mundo, no desapareció.

En la mayoría de los países liberados, se juzgó de forma simbólica a quienes fueron más que responsables de la muerte, el desplazamiento, la tortura de millones de personas.

Pero el aparato oficial, administrativo, lo que conformaba la maquinaría del estado, jueces, policías, funcionarios no fueron relevados, continuaron en sus puestos. Se les “reeducó”, los aliados les barnizaron con una capa de normalidad.

Eso pasó en Italia, en Francia… en Grecia no porque tras acabar la Guerra Mundial empezó la guerra civil… los países del Norte de Europa los mismos países que ahora sorprenden con ese ascenso de la extrema derecha, mostraron una limpia cara de respetabilidad… hasta que Stieg Larson nos contó en una extensa novela que detrás de la fachada de respetabilidad la vida en el Norte de Europa no había sido tan ejemplar.

En España fue diferente. Aquí todos supieron desde el principio que era lo que había sucedido, que era lo que sucedía. Pero aquí no llegó la justicia universal, tan solo llegaron las sanciones y el aislamiento.

La población quedó atrapada en un limbo político y social, dramático. Unos, vencedores en el poder. Otros vencidos en la cuneta, en el exilio y en el exilio interior.

Esa derecha que tanto ha sorprendido a los “entendidos” en las últimas elecciones europeas, no se ha escondido nunca, no se ha avergonzado, no se ha arredrado. Esa derecha ha tenido décadas para aprender como aparecer menos amenazadora, como abandonar los uniformes y emplear los trajes de diseño, como resultar una opción aceptable y políticamente correcta.

Y aquí, esta Península… enfrentamiento verbal y político, ese eterno enfrentamiento. Esta vez es debido a que una parte de la población quiere que dejen de considerarle menor de edad. Esta vez es debido a que una parte de la población ha empezado a hablar en voz alta y decir “no”.

El enfrentamiento esta vez se produce porque quienes están hartos de pagar la cuenta de esta fiesta que dura demasiado han alzado la voz…

Y los que no están dispuestos a dejar que la gente viva… tratan a quienes hablan de cambios, a quienes expresan su desacuerdo con el sistema actual, de traidores, de locos, de frikis…prácticamente de ciudadanos con escaso sentido cívico, que solo quieren perjudicar a los demás… les tratan como a personas incapaces de vivir en el seno de una comunidad y que desconocen el significado de la palabra democracia…

Las dos Españas nos siguen helando el corazón…


PD: En cuanto al tema de Catalunya … que decir que no se haya dicho ya… 

Blanca Fernández

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