No
importan ni el lugar ni el momento, porque son universales, globales.
No
importa la clase social, ni el entorno, ni el nivel académico y cultural, no
importa el estrato social o la situación económica.
No
importa la edad, la raza o la confesión religiosa. De camino a la escuela. En
el entorno familiar. Como consecuencia de un conflicto bélico o en tiempo de
paz. A plena luz del día. En una calle poco iluminada. En tu propia casa. Al
salir del trabajo. Cualquiera de nosotras puede formar parte de la estadística en
el momento más inesperado de nuestra vida.
No
sabemos cuándo ni tan siquiera sabemos si seremos una de ellas. Una de las numerosas
gotas de vida que han dejado este mundo, atropelladas, apuñaladas,
estranguladas, de uno o varios disparos, acuchilladas, golpeadas hasta el último
aliento.
Todas
somos ellas, las que ya no están, las que lo están sufriendo de forma lenta y
calculada, las que lo sufrirán en el futuro.
Todas
somos víctimas potenciales de la llamada violencia
de género.
No
importa si vivimos en una ciudad de importancia o en una aldea.
El
problema es mucho más profundo y complicado de lo que imaginamos.
La
raíz del problema se pierde en la noche de los tiempos, se pierde en ese
momento en que nuestros antepasados, dejaron de desplazarse a cuatro patas y se
convirtieron en bípedos, variando no solo sus costumbres sino también su anatomía.
Desde
que la abuela Lucy contempló con sus ojos curiosos el paisaje de África hasta
2013 han pasado muchas cosas, ha pasado mucho tiempo.
Probablemente
muchas de las descendientes de la abuela Lucy no vivieron demasiados años,
murieron víctimas de la violencia propia de tiempos duros y complicados, de
hambre, enfermas, por agotamiento, durante el embarazo, en el parto…
Y
lo más inquietante es que en este año de 2013, en este siglo XXI que durante
siglos habíamos esperado emocionados porque era la promesa del futuro, de
descubrimientos excitantes en campos tan apasionantes como la ciencia o la tecnología…las
descendientes de la abuela Lucy podemos morir víctimas de la violencia de
género, de la violencia bélica, de hambre, enfermas, por agotamiento, durante
el embarazo, en el transcurso del parto…
Podemos
vestir de forma sofisticada, trabajar duro, ser profesionales liberales…pero
seguimos siendo ciudadanas de tercera clase en nuestros propios países.
Podemos
vestir de forma humilde, trabajar duro y dedicarnos a profesiones de
supervivencia…pero seguimos siendo ciudadanas de tercera clase en nuestros
propios países.
No
somos diferentes de nuestras antepasadas que vivieron en la Grecia Antigua, las
que carecían de derechos como ciudadanas, que vivían en espacios cerrados llamados
gineceo, que no participaban de la vida pública, que eran empleadas para perpetuar
el clan del esposo y que sabían que sus amos pasaban la vida entre batallas, cortejos
a jovencitos y visitas a prostitutas.
No
somos diferentes de las concubinas y favoritas de hombres poderosos que eran
empleadas como incubadoras vivas de sus descendientes.
Nada
ha cambiado. No hemos evolucionado. Y lo más duro no es comprobar como la
justicia una figura de imagen femenina y pensamiento masculino, no está
preparada para protegernos. Y lo más terrible es ver como algunas de nuestras
compañeras de género, cuando acceden a puestos de poder se pasan al lado más
oscuro y terrible de la sociedad y luchan contra nosotras contra ellas mismas.
La
primera vez que se habla de los derechos de la mujer, es en 1791, cuando Olympe
de Gouges parafrasea la Declaración de los Derechos del Hombre y Ciudadano, el
texto fundamental de la Revolución Francesa.
Marie
Gouze, conocida como Olympe de Gouze, fue una figura apasionante y destacada
del París revolucionario que se ha ganado la admiración de los intelectuales
más relevantes, gracias a su defensa de los esclavos negros y las esclavas negras
y a su empeño por abolir la esclavitud.
Marie
Gouze escribió antes que los propios revolucionarios sobre la necesidad de adoptar
reformas sociales, fundó clubs patrióticos y Sociedades Fraternas para ambos
sexos e hizo llegar sus reivindicaciones periódicamente a los representantes de
las tres primeras legislaturas de la Revolución.
En
1791 escribió la Declaración de los Derechos de la mujer y la Ciudadana que
comenzaba con las siguientes palabras: “Hombre
¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace la pregunta”.
Desafortunadamente
la defensa pública que Marie Gouze hizo de los girondinos le costó la vida.
Tras un juicio en el que se la acusó de defender un estado federado y en el que
se defendió con ardor y pasión, fue condenada a morir guillotinada el 3 de
noviembre de 1793. Su único hijo aterrado por la posibilidad de ser detenido
renegó de ella y sus ideas públicamente.
Las
ideas de Marie Gouze fueron profundamente revolucionarias y feministas.
Defendía la igualdad entre sexos en todos los aspectos de la vida pública y
privada: derecho a voto, acceso a trabajo público, hablar en público de temas
políticos, acceder a la vida política, poseer y controlar propiedades, formar
parte del ejército, igualdad fiscal, derecho a la educación e igualdad de poder
en el ámbito familiar y eclesiástico, la supresión del matrimonio, instauración
del divorcio, la idea de un contrato anual renovable, reconocimiento paterno de
los niños nacidos fuera de matrimonio.
“Si la mujer tiene el derecho a subir al
cadalso, debe tener también el derecho a subir a la Tribuna”.
También
es considerada como una precursora de la protección a la infancia y a los
desfavorecidos. Concibió a grandes rasgos un sistema de protección
materno-infantil (creación de maternidades), creación de talleres nacionales
para los desempleados y hogares para personas en riesgo de exclusión social.
Su
Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana no se diferencian en
nada de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano y por tanto no
se diferencian en nada de la Declaración de los Derechos Humanos…pero esta trilogía
de textos simplemente es una recopilación de buenas intenciones por lo que
respecta a la mujer.
A
pesar de que se conocía la existencia del legado de Marie Gouze, no fue hasta
que finalizó la Segunda Guerra Mundial que salió de la sombra. Fue estudiada en
Japón, EEUU y Alemania. No obstante hasta 1981 no se reivindicó totalmente su
figura tras la publicación de una exhaustiva biografía elaborada por Olivier
Blanc. Tuvieron que pasar ocho años, 1989, para que se le rindiese el homenaje
que merecía dentro del Bicentenario de la Revolución.
Ese
mismo año la historiadora Catherine Marand-Fouquet inició una campaña pública
dirigida al presidente de la Republica Jacques Chirac solicitaba la inclusión
del nombre de Olympe de Gouges en el Panteón de París. El presidente asesorado
por el historiados Alain Decaux, descartó la idea.
No
obstante son varios los municipios y distritos que han dado a sus calles, plazas,
instalaciones públicas, colegios e institutos el nombre de Olympe de Gouges.
El
siglo XIX ve como las reivindicaciones de las mujeres son combatidas con ardor
una y otra vez.
El
inicio del siglo XX tampoco no permite intuir que las reivindicaciones de las
mujeres lleguen a buen puerto aunque llegan, gracias a pioneras como las sufragistas.
Y
como decía al principio de esta entrada…el 2013 no es precisamente un año en el
que las cosas cambien.
Cierro
los ojos…
-y
escucho a la madre de mi madre contar como después de la cena su padre enseñaba
a los varones de la familia a leer, escribir y matemáticas básicas. Las chicas
se dedicaban a tareas domésticas excepto la pequeña que se empeñó en aprender.
Su pecado obtuvo una penitencia adecuada: su padre la golpeaba con uno de los
látigos que empleaba para domar a los caballos.
-y
escucho a la madre de mi madre contar como la Marquesa para la que su padre
trabajaba como domador y criador de caballos, recibía en el cortijo propiedad
de la familia a cierto rey que marchó al exilio, acompañado de sus amigos y
comparsas, para cazar. La madre de mi madre era la encargada de llevar agua y
comida a los monteros. Hasta que un año la Marquesa llamó a mi bisabuelo y le
dijo que “la niña era mejor que se quedase en casa, se había desarrollado mucho
y era muy hermosa, y no podía controlar los instintos de sus invitados”.
-tengo
siete años y estoy de visita de fin de semana en casa de unos amigos de mis
padres. Echo de menos a la madre de familia. Durante meses no se hablará de
ella y sus hijos siempre estarán tristes. Años más tarde descubro que en ese
periodo la madre ausente fue detenida en su propia casa en compañía de su
amante. Detenida por adultera, sacada a la calle esposada ante la mirada de los
vecinos, llevada a comisaria, juzgada y que no acaba en prisión sino en una
residencia femenina religiosa porque su marido se apiadó de ella en el último
momento ante el juez.
-la
madre de mi madre era analfabeta, mi madre dejó la escuela a los siete años, yo
no pisé la universidad porque estaba dedicada como siempre a sobrevivir y el
tema económico no me lo permitía, pero si aprendí a leer y escribir
correctamente fue porque las dos se encargaron de ello.
-alguien
a quien quiero mucho estuvo a punto de ir a la universidad con beca porque sus
calificaciones académicas eran excelentes pero su padre dijo que no porque era
mujer y prefirió que quien pisara la universidad fuese “el chico”.
-una
de mis amigas más queridas ha decidido dar a luz a sus cuatro hijos en casa. Y
lo ha hecho porque se negaba a seguir la dinámica actual que considera el
embarazo como una enfermedad y el parto como un acto final dramático y
peligroso.
-la
OMS aconseja desde hace varias décadas a España que los partos no se atiendan
como se viene haciendo. Los responsables de los servicios (los responsables no
las responsables) dicen que la postura en la que se coloca a la mujer es más
adecuada para el proceso…
-las
mujeres ganamos menos que los hombres aunque desarrollemos un trabajo igual,
con la misma formación, responsabilidad y dedicación. Ciertos estudios
presuntamente realizados entre 30.000 alumnos de ambos sexos entre 1985-2005 concluyen
que eso sucede porque hombres y mujeres estudian juntos y que la formula académica
ideal sería la de segregar las clases por sexos. De esta forma l@s futuros
profesionales optarían a trabajos mejor remunerados.
-una
de mis maravillosas amigas, ha superado un cáncer de mama y nos ha dado una
lección maravillosa de lo que es el deseo de vivir. Por suerte escuchamos su
sonrisa cantarina y no ha perdido su sentido del humor. Pero lo más importante
no ha perdido la vida. Podemos disfrutar de su agudeza. Hace unos días la
encontré contrariada. El motivo: un tipo de los que visita su oficina por
trabajo, en una expresión de dudoso humor, le dijo “chica te estás poniendo de
buen año”. El caballero en cuestión no tiene ni idea de que el aumento de peso
de mi amiga se debe al efecto de los fármacos que todavía toma para fortalecer
su organismo…Pero eso no es lo que importa. Al caballero en cuestión no le
importa si mi amiga ha engordado o no. Y no debería atreverse a hacer este tipo
de comentarios. Pero se atreve porque es una mujer.
-la
Constitución Española que en pleno siglo XXI dice que el derecho de sucesión se
transmite a través del varón.
-un
país avanzado como Japón cuya familia imperial impedirá que las herederas al
trono, por ser mujeres, todavía niñas lleguen a representar a la primera
familia del país.
-mujeres
que mueren en campos de refugiados, que ven como sus hijos mueren, que mueren
en el parto, que mueren lapidadas…
-países
que practican los crímenes de honor, países que practican abortos sexistas
selectivos.
-países
que practican lo que ya se conoce como el feminicidio.
-países
que obligan a la víctima de violación a casarse con su agresor.
La
lista de “agravios” es tan larga que no acabaríamos nunca de leerla. No se
trata de reproches. Se trata de realidades. De una realidad única y global. El
universo femenino no distingue entre clases sociales, economía, formación
profesional, latitud, raza o idioma. A todas nos afecta cada pequeña situación,
cada gran desastre, cada bombardeo, cada cuerpo maltratado, abusado, violado, cada
lagrima, cada gota de sangre, cada muerte…
Muchas
de nosotras somos afortunadas porque nuestros compañeros masculinos de viaje
nos tratan como a iguales.
Muchas
de nosotras no somos afortunadas porque nuestros compañeros de viaje no nos
tratan como a iguales.
En
estos días en España vivimos un gran debate debido a las decisiones que está
tomando el gobierno actual.
Desde
la revisión de la Ley del Aborto aprobada en la anterior legislatura hasta la
reforma del sistema educativo que subvenciona y premia centros de estudios que
defienden la segregación del alumnado por sexos.
Y
todo ello se lo debemos a la influencia, a la interferencia, a la
omnipresencia, a la injerencia de la Iglesia Católica en asuntos de estado.
Menos
mal que el Maestro del Perdón y la Tolerancia dijo “que mi Reino no es de este
Mundo”. Menos mal.
Sea
cual fuere el origen de este desequilibro socio cultural, gran parte de la
responsabilidad recaería en las confesiones religiosas que centran sus
postulados en un marcado antropocentrismo. Esta tendencia da como resultado más
inmediato la interpretación de los mandatos divinos como un castigo constante a
la figura femenina.
Lo
más curioso es que aquellos que controlan, castigan, censuran, organizan la
vida femenina sin importar la latitud y el momento, en teoría han hecho voto de
castidad y defienden el celibato, no son padres de familia, no han mantenido
contacto físico con mujer…no tienen idea de cómo funciona en verdad la realidad
cotidiana, la vida.
Son
los mismos que olvidan una parte del ritual romano del matrimonio que dice y
recuerda que “compañera te doy que no
esclava”.
Menos
mal que somos compañeros de viaje, menos mal que no mantenemos una relación de
amos-esclavas.
La
mayoría de los que dicen que recuerdan que “el Reino de Dios no es de este
mundo”, en realidad repiten la conducta descrita en los textos sagrados que han
regido y rigen la vida de muchos.
Cuando
se dice que “compañera te doy que no esclava” se recuerda que el pueblo romano,
el pueblo llano llegó a la conclusión de que la relación entre hombre y mujer
debía desarrollarse en igualdad. Es curioso pero es el vulgo, el pueblo, quien
se distancia de las clases dominantes que hablan de “sodades, socios, comites” porque para ellos la relación de pareja
es únicamente un negocio, la posibilidad de obtener poder y riqueza y
legitimarlo a través de los hijos.
Pero
los textos sagrados comunes a varias culturas ofrecen algunas muestras de la
consideración que merecía la mujer a sus autores…y que incluso en 2013 siguen
vigentes para un amplio sector de la sociedad mundial.
Deuteronomio 21:11-14 “Y si vieres entre los cautivos a alguna mujer
hermosa y la codiciares y la tomares para ti por mujer, la meterás en tu casa,
y ella rapará su cabeza y cortará sus uñas y se quitará el vestido de su
cautiverio y se quedará en tu casa; y llorará a su padre y a su madre un mes
entero y después podrás llegarte a ella y tu serás su marido y ella será tu
mujer”
Deuteronomio 22:13-12 “Más si resultase que no
se halló virginidad en la joven, entonces la sacarán (…) y la apedrearán los
hombres de la ciudad y morirá”.
Levítico 12:1,2,5 “Habló Yahveh a Moisés.
La mujer cuando conciba y dé a luz a un varón será inmunda 7 días…y si diera
luz a una niña será inmunda dos semanas”.
1Cor 11:8 “Porqué el varón no
procede de la mujer, sino la mujer del varón y tampoco el varón fue creado por
causa de la mujer sino la mujer por causa del varón”.
1Cor 14:34 “Vuestras mujeres callen
en las congregaciones porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas
como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a
sus maridos, porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”
Efesios 5:22 “Las casadas estén sujetas a sus propios
maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo
es cabeza de la Iglesia.
1Timoteo 2:11-15 “La mujer aprenda en
silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer
dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”.
El
24 de mayo de 2013 en TVE2 se emitió un reportaje titulado Las Mujeres Se
Mueven. Visioné unos minutos escasos. Era un reportaje interesante pero su
enfoque era erróneo. Hablaba de mujeres camioneras, de mujeres que conducen
pesados camiones desde hace décadas…ese es el error.
Cuando
por fin hablemos de personas que conducen camiones, de hombres y mujeres, y no
del hecho de que algunas mujeres, sean camioneras, bomberas, mineras, miembros
del ejército…sin necesidad de que sea noticia, primera plana…habremos llegado a
un punto, a una intersección que nos permitirá mirar al futuro con
tranquilidad.
Ayer
25 de mayo de 2013 mientras asimilábamos la noticia de que otra mujer había
perdido la vida a manos de su pareja, cuatro en cuatro días…una cadena privada
programaba dos películas con “mensaje”. La primera narraba la historia de una
mujer maltratada que huía de su agresor (en la línea de Durmiendo con Su
Enemigo). La segunda narraba la historia de una mujer maltratada que lograba
superar sus traumas y ayudar a otras víctimas a través de un blog. Incluso en
esta segunda producción se descubría un caso de mujer que maltrata a hombre.
Después
de ver las dos producciones, me he quedado pensando como siempre. Porque las
dos terminaban bien. Con la victima reivindicada, a salvo, un policía que
siempre vela por ella día y noche, jueces que siempre emiten órdenes de
alejamiento, segundas oportunidades amorosas y un trabajo liberal y fantástico.
Estas películas no hablan de la falta de protección que tienen las víctimas, de
la necesidad de reforzar el tejido oficial que permita a la víctima y a sus
hijos si los hay respirar y recuperarse, sentirse protegidos. No se habla de
que la actual crisis económica agrava el problema de las víctimas de género.
Bueno
en este sentido si que podemos decir que no dejamos de hablar, parlotear,
informar, de escuchar y nada más. Son las plataformas que denuncian y pelean
las que llevan el peso de esta triste historia. Pero no pueden hacerlo en
solitario. Necesitan ayuda. La ayuda pública en forma de leyes efectivas y
modernas, protección policial, programas de reciclaje laboral, casas de acogida…y
visto lo visto este gobierno no parece dispuesto a moverse demasiado rápido.
Y
necesitamos ser rápidos. Porque no queremos más nombres añadidos a esta lista
de víctimas. Porque el futuro requiere una labor solida pedagógica con las
nuevas generaciones.
Somos
mujeres. Somos seres humanos. Somos compañeras de viaje no esclavas. Somos y
estamos.
En 2003 la ONU calculaba que debido a
los abortos sexistas selectivos practicados en China (sin contar los
practicados en la India) por el deseo de tener un varón faltaban 60.000.000 de
mujeres…Hace tiempo que las aldeas rurales reciben visitas de inspectores que
dan charlas a los padres para convencerles de que tener hijas y no hijos no es
malo.