Hace horas que el sol se ha puesto en esta
parte del mundo. El verano se anuncia próximo. La luz del sol es un prodigio
que no me canso de contemplar y admirar. La luz del sol aleja las tinieblas,
nos lleva a ser más optimistas, influye en nuestra vida, en los estados de
ánimo. Cada rayo de sol que se cuela por nuestras ventanas, que juega con las
motas de polvo suspendidas en el aire, que acaricia nuestra piel, es una
sinfonía de vida.
Pero para mi nada puede compararse a la puesta
de sol. Especialmente ahora en primavera y dentro de unos meses en verano. Es
algo mágico, sobrecogedor, misterioso. El cielo se tiñe de tonos purpura
maravillosos que dan paso lentamente a la noche.
Para mí la noche no es aterradora. Es un
tiempo de descanso, cuando puedo descansar y un tiempo de reflexión en la
mayoría de las ocasiones.
En esta noche la primera cadena de la
televisión pública de España ha programado una película que siempre que tengo
ocasión veo. Las Sandalias del Pescador
basada en la novela homónima de Morris West.
West un católico nada sospechoso en lo que se
refiere a la solidez de la fe reflexiona sobre el papel de la Iglesia en el
mundo contemporáneo. Reflexiona sobre la necesidad de volver a los orígenes de
una Iglesia más cercana al pueblo, a las enseñanzas de Cristo.
En estos días, España vive una crisis grave,
igual al resto del mundo. Pero no es solo una crisis económica. Es una crisis
moral.
Se habla de las posesiones materiales de la
Iglesia Católica Española, de la necesidad de que la Iglesia Española
contribuya a las arcas púbicas para tratar de recuperar el pulso moribundo de
un país amenazado por un panorama gravísimo en todos los aspectos.
Las formas de expresar la indignación que
provoca el hecho de que la Iglesia Católica esté exenta de pagar impuestos, especialmente
de aquellas tasas relacionadas con los bienes inmuebles, son variadas y
amplias.
Pero a pesar de la diferencia en las formas el
fondo es el mismo. Seguimos sin comprender lo que sucede en la Iglesia, de
porque se ha alejado con el paso del tiempo de las enseñanzas de Cristo, de las
bases establecidas en el Nuevo Testamento. Seguimos sin comprender porque sistemáticamente
se ignora el principio de pobreza.
Morris West habla de un enfrentamiento mundial
por la comida, habla de la necesidad de emplear todos los medios para erradicar
el hambre y la miseria. West era católico crítico con la jerarquía eclesiástica
y con sus actuaciones.
En estos días se ha hecho público el informe anual
del estado de la infancia en España. Y es descorazonador. Tremendo. Terrible. La
cara de la pobreza en nuestro país tiene cara de niño.
No obstante el concepto de pobreza si lo
analizamos a partir de la realidad de España significa
-comer, pero alimentos poco adecuados,
renunciando por ejemplo a los alimentos frescos
-carecer de tratamientos médicos que no cubre
la medicina pública
-tener que trasladarse de ciudad o de
comunidad porque los padres han perdido la vivienda tras no poder pagar la
hipoteca que habían contratado en tiempo de mayor bonanza económica. Vivir en
casas en las que se pasa frío o en las que la falta de espacio es notable.
-contar con acceso a la educación, pero sin la
ayuda de becas, sin poder participar de actividades extraescolares, sin
posibilidad de dedicarse al ocio y al juego.
Hay más niños pobres que viejos pobres. La
cifra asusta: 2.200.000, 205.000 más en los dos últimos años.
En los últimos meses cada niño que nace en España, acumula sobre sus
frágiles huesos una deuda pública de 15.570 Euros.
Para saber como se sienten, como perciben la crisis se ha llevado a cabo un
estudio entre 6.000 niños que cursan ESO.
Las conclusiones son terribles, porque no se trata de cifras sino de
conceptos, experiencias, sensaciones, sentimientos.
Dicen los niños que se sienten culpables, que tiene miedo, que se sienten
inseguros y solos. Que no les gusta que sus padres se peleen continuamente. Ven
el futuro con pesimismo.
Lo más terrible es que cuando les preguntan que quieren para sentirse
mejor, no hablan de ordenadores, teléfonos móviles o videoconsolas, de bienes
materiales sino de cosas que hacen que te avergüences de ser adulto.
Lo que quieren y desean, es que todo el mundo sea tratado igual, que todos
los padres y las madres tengan trabajo, que todas las familias tengan dinero
suficiente para comprar comida o medicinas, que todo el mundo tenga un hogar,
que todo el mundo tenga comida en la mesa cada día y lo más importante, quieren
conseguir la paz en el mundo.
Es terrible y hermoso a la vez. Les menospreciamos, les ignoramos, les
maltratamos, les hacemos cargar con culpas y responsabilidades que no deben
tener porque su tiempo, su edad es el tiempo del juego y de la risa, les
menospreciamos y sin embargo solo piensan en nuestro bienestar.
Estábamos tan acostumbrados a pensar que la
pobreza infantil era patrimonio exclusivo de países en vías de desarrollo o de
países implicados en procesos bélicos, que hablar de pobreza infantil en España
nos parecía fuera de lugar.
Desde hace varios años somos uno de los 35
países incapaces de mejorar la situación de la población infantil.
Pero el sufrimiento de los niños no es una
cuestión local, es global, indignadamente global.
Les venden y compran como esclavos, en
ocasiones para pagar las deudas contraídas por sus padres con prestamistas. Son
empleados en la producción de objetos de consumo de Occidente. Trabajan en
vertederos gigantescos para encontrar comida o materiales que vender. Son la
presa codiciada de depredadores sexuales y ofrecidos por las mafias
internacionales. Son obligados a casarse con adultos, prostituidos, abusados,
violados.
Son asesinados, maltratados y mutilados. Son
puestos en primera línea de fuego en la mayoría de conflictos armados y algunos
convertidos en soldados sanguinarios que difícilmente se recuperan de su
experiencia. Trabajan de sol a sol en minas y plantaciones, fabricando a mano
ladrillos o tejiendo alfombras que luego pisaremos con nuestros despreocupados
pies occidentales.
Y mueren de hambre, de frio, de estrés, de
soledad, enfermos y desahuciados.
Actualmente nuestro mundo es capaz de producir
alimentos para 12.000 millones de personas.
No obstante cada 5 segundos muere 1 niño en
cualquier parte del mundo, 12 niños por minuto. 720 niños por hora. 17.280
niños por día. 6.307.200 niños por año.
¿Cómo puede suceder? ¿En nombre de que o de
quien dejamos que mueran 6.307.200 sueños y risas de hambre, de frio, de
enfermedad? ¿Por qué les dejamos morir? ¿Por qué no hacemos nada por evitarlo?
A mediados del siglo XIX se empezó a hablar
sobre los derechos de los niños. En 1929 se redactó el primer documento que
recogía las necesidades y derechos del niño. En 1975 se gestó una nueva
declaración de los derechos del niño separada de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos. El debate tardó varios años en dar su fruto y en el seno
de la ONU en 1989 se firmó la Convención sobre Los Derechos del Niño. Aunque el
marco jurídico de cada país es distinto queda claro que los niños tienen
derecho a
la vida
la salud
el descanso, el esparcimiento, el juego, la creatividad y las actividades
recreativas.
la libertad de expresión y a compartir sus puntos de vista con otros.
un nombre y una nacionalidad.
una familia.
la protección durante los conflictos armados.
la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
la protección contra el descuido o trato negligente.
la protección contra el trabajo infantil y contra la explotación económica
en general.
la educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas
elementales.
Creo que sobran los comentarios y son necesarias las reflexiones pero
también las acciones inmediatas.
En España, mientras unos se ofenden cuando se les plantea la posibilidad de
asumir su responsabilidad fiscal, mientras 17 toneladas de oro y plata
procedentes del rescate del tesoro del hundimiento del Nuestra Señora de la
Merced son custodiadas dado su interés histórico, mientras los recortes económicos
afectan a la sanidad, la educación y la política social, mientras tenemos más
políticos profesionales que por ejemplo Alemania, mientras continuamos
empeñados en salvar el sistema bancario…mientras todo eso sucede los niños son
más pobres incluso que los pobres tradicionales. Y por su parte a ellos, los
locos bajitos de los que hablaba Serrat, solo les preocupa que todo el mundo
sea feliz, que la paz sea algo cotidiano en el globo, que todos podamos comer y
tener una casa...
Es terrible, duele tanto que aquellos a los que tratamos como basura, nos
devuelvan constantemente tanto amor, un amor incondicional, un amor sincero que
no te traiciona, que no pide nada a cambio, que crece con el tiempo…
A los que se empeñan en sostener que su reino no es de este mundo, cabe
recordarles que Cristo dijo que dejasen que los niños se acercasen a él, que
echó del templo a latigazos a los mercaderes, que puso en evidencia a los
fariseos porque eran sepulcros blanqueados…
Sinceramente su reino no es de este mundo, prefiero pensar que ese reino es
generoso, solidario, comprensivo, caritativo…al menos esa es la idea que tengo
de Dios.
Mi Dios no da miedo, no castiga, no hiere. Mi Dios como padre comprensivo,
acepta, ayuda, comprende, enseña.
No, no me he alejado de las creencias de mi casa, me he alejado de los que
en nombre de Dios han emprendido hace siglos una cruzada basada en la riqueza y
los bienes materiales, en exigir pureza pero no practicarla, en dar consejos y
dictar normas y saltárselas…Mis creencias mi fe personal siguen intactas, las
acciones de los hombres por el contrario no son el espejo en el que me miro. Soy
humana, contradictoria e imperfecta. Pero al menos yo lo asumo. Ni mejor ni
peor que otros. Simplemente en constante proceso de evolución y transformación.
EPILOGO
Y mañana espero que salga el sol. Que la vida se abra camino de nuevo. Que
la esperanza no muera.
Y mañana espero escuchar las risas de mis vecinos más pequeños. Dos niñas y
dos niños que me saludan con alegría y ternura. Mis pájaros madrugadores que no
importa lo derrotada o hundida que me sienta me obligan a ver el mundo con ojos
nuevos y claros.
Mañana Inés me contará que nuevo descubrimiento ha hecho Llucia o como le
ha quedado el castillo de arena a Paula.
Mañana Yolanda me contará como suena la voz de Lucia o el partido de Unai.
Mañana Yolanda me enviará una nueva foto de David…mañana gracias a todos
ellos la vida será un poco más amable.
Aunque no dejaré de pensar en aquellos pequeños que no creen que haya
esperanza para ellos, en aquellos que están en medio de la guerra, en
campamentos de refugiados, a merced de las mafias, acechados por depredadores
sin escrúpulos, de aquellos que no vivirán más que unas pocas horas…
Mañana será otro día. Y espero sinceramente que sea mejor que hoy.
Yo ya he recorrido la mitad de mi vida.
Dejad que ellos tengan la oportunidad de recorrer un trecho más largo que
el mio.
Se lo merecen por sinceros, espontáneos, tiernos. Lo merecen porque son el
futuro del mundo.
Declaración Universal de los Derechos del Niño
Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
20 de noviembre de 1959
Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
20 de noviembre de 1959
1-El niño
disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración. Estos derechos
serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o
discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión opiniones
políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.
2-El niño
gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios,
dispensado de todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda
desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente, en forma
saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al
promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá
será el interés superior del niño.
3-El niño
tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
4-El niño
debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y
a desarrollarse en buena salud: con este fin deberán proporcionarse, tanto a él
como a su madre, ciudadanos especiales, incluso atención prenatal y postnatal.
El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y
servicios médicos adecuados.
5-El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún
impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado
especiales que requiere su caso particular.
6-El niño,
para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión.
Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de
sus padres y, en todo caso en un ambiente de afecto y de seguridad moral y
material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta
edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación
de cuidar especialmente a los niños sin familia, o que carezcan de medios
adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias
numerosas, conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.
7-El niño
tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos
en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura
general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades , desarrollar
sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y
social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación: dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación: dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deberán estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.
8-El niño
debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban
protección y socorro.
9-El niño
debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.
No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se lo dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se lo dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral.
10-El niño
debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación
racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu
de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad
universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y
aptitudes al servicio de sus semejantes.
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