No se si es que el día es caluroso, que
lo es y bastante, o que cada vez que se me ocurre echar un vistazo a los
canales de noticias o a Twitter noto como mi fuego interior, que se puede
traducir en forma de cabreo va subiendo tanto que temo quemarme de dentro a
fuera.
Os confieso que no puedo más, que cada
día me siento con menos fuerzas para seguir el camino trazado, que me cuesta
encontrar razones para iniciar la jornada y que encuentro cada vez más motivos
para acabarla de forma precipitada y rápida.
En las últimas semanas recuerdo con
especial insistencia uno de los títulos de la saga James Bond, interpretado por
Sean Connery, Solo se vive dos veces.
El agente 007 es enviado a Japón para
desbaratar los planes de su archienemigo que en esta ocasión anda entretenido
secuestrando naves espaciales.
Bond se convierte por arte y gracia del
maquillaje en japonés y para completar su nueva identidad en el esposo de una
joven japonesa dedicada a la pesca.
Instalado en su nuevo hogar una noche el
espía al servicio de Su Graciosa Majestad y con licencia para matar, está a
punto de ser asesinado por un agente enemigo. El método empleado es altamente
sofisticado. Desde el techo el asesino descuelga un fino hilo por el que vierte
gota a gota un potente veneno que presumiblemente entrará por el conducto
auditivo de Bond y le matará. Por desgracia el asesino se equivoca en la
trayectoria del hilo y mata a la joven esposa del espía inglés.
Los más ilustrados me dirán que este
método de eliminación de enemigos tiene un antecedente literario en la obra de
William Shakespeare, Hamlet. Seguramente recordamos el pasaje en que el
fantasma del padre del joven príncipe danés le describe como el tío del joven y
hermano del fallecido, vierte en su oído mientras el rey duerme en el jardín
unas gotas de veneno, de ponzoña y le causa una muerte atroz y condena su alma
a vagar por el inframundo al no haber confesado sus pecados antes de morir.
Pues así me siento yo. Como una mezcla de
Hamlet-Bond. Día a día fuerzas invisibles vierten en mi oído y en el resto de
los oídos de la humanidad el veneno de noticias elaboradas con la ponzoña de
aquellos que vendieron su alma al Diablo y que en esta ocasión no podrán
redimirse como Fausto a través del amor de Margarita. Porque ninguna Margarita que
se precie les redimiría, les amaría a pesar de las enseñanzas de amor y perdón
que nos guían desde hace tantos siglos.
Comentaba un experto hace varios días que
si pusiéramos en una habitación amplia y de espacio generoso todo el dinero que
en los últimos años los irresponsables de mi país han distraído alegremente de
las cuentas publicas, han estafado a los contribuyentes, han pedido de nuevo
para seguir gastando, han utilizado en su beneficio a costa del bienestar del
pueblo…para gastar las cifras que se han hecho publicas gracias a
investigaciones no oficiales, que de las cifras que intuimos pero no estamos
seguros mejor no hablar, necesitarían 500 años hora arriba hora abajo.
¿Qué lleva a un ser humano, a desear más,
anhelar más, más y más dinero, poder, riquezas cuando ya tiene la vida más que
resuelta con un salario más que generoso en ocasiones por un trabajo que
cualquiera medianamente preparado podría llevar a cabo sin despeinarse?
¿Qué lleva a un ser humano a creerse con
el derecho de pisotear a los que le sustentan, de ignorarles, de tratarles de
forma arbitraría, de hacer alarde públicamente de su posición como nueva
muestra del gusto más pésimo?
¿Cabe la esperanza de que se produzca un
momento de lucidez, un instante en el que ese ser humano recobre la cordura en
medio de la ebriedad que le causa el poder, y recuerde sus principios, en el
caso de que alguna vez los haya tenido?
Por no hablar del momento en que varios
de estos seres abominables se reconocen entre la multitud y unen sus fuerzas convirtiéndose
en una maquina perfecta de matar ilusiones, acallar conciencias y destruir a
todos y todo a su paso.
Se comportan entonces como manadas de
cimarrones, de perros asilvestrados, que un día fueron abandonados por los
humanos tras maltratarles continuamente y son más peligrosos que cualquier
grupo de animal salvaje, cuyo comportamiento es fruto de la evolución y
responde a la necesidad de obtener alimento.
Estos nuevos cimarrones, con traje y
zapatos de diseño, corbata de seda, maletín de piel, ordenador a la ultima en
tecnología, cuando sonríen muestran sus colmillos afilados y manchados con la
sangre de sus victimas y algún pedacito de carne que no han podido engullir
tras el último festín.
Estas nuevas bestias surgidas del abismo
más oscuro, cabalgan a lomos de vehículos modernos y potentes que anuncian al
resto de los mortales su nuevo estatus.
Estas manadas, se retiran tras cada golpe
maestro a sus guaridas, que en su caso son mansiones lujosas, en las que
recurrentemente suelen colgar de la pared del cuarto de baño cuadros
valiosísimos, en las que el tema principal de la decoración de sus salones, no
es solo fruto de la ostentación y del mal gusto, sino una muestra de su
capacidad de depredar, mostrando colmillos de animales en extinción, cabezas
disecadas por taxidermistas o mobiliario estampado o tapizado con motivos
salvajes que pretenden emular a los magnates de otras épocas.
Normalmente suelen celebrar sus triunfos
en reuniones que no dan oportunidad alguna a la imaginación. Sirven platos
sofisticados que aunque no les resulten sabrosos si les dan estatus de
triunfador porque se anuncian en las cartas con varias frases subordinadas. Se
rodean de señoras estupendas a las que no les parece nada mal que sus
cimarrones ganen el sueldo con el sudor y la sangre de los más pobres. Son las
mismas señoras que se entregan enfundadas en modelos de diseño y adornadas con
joyas que no deben engañar a quien las contemplan porque no son chatarra o
bisutería, a causas nobles, rastrillos y mesas de recaudación de fondos para
socorrer a los pobres a los que sus cimarrones han esquilmado y despojado de
sus escasos bienes.
En ocasiones me pregunto si tanto sarao,
causa benéfica, fin de semana de relax, boda espectacular y demás actos
sociales les deja tiempo para dedicarse al noble arte del trabajo.
Sospecho que no. Pero claro es la
sospecha de una obrera cabreada e indignada, a la que el poder en la sombra a
cada segundo obsequia con una nueva gota de ponzoña, de veneno informativo en
su oído.
Yo pertenezco al grupo de los perros sin
pedigree, sin árbol genealógico notable. Fuimos adiestrados en el orden y el
respeto por los demás. Fuimos criados para ser útiles y ganarnos cada pedazo de
pan con el esfuerzo del trabajo. Y la recompensa es tan escasa como triste.
Sufrimiento, sentimiento de impotencia,
desanimo, sensación de derrota, falta de energía para continuar la lucha.
Nuestro horizonte cada vez está mas lejano, cada vez es más difuso, cada vez es
más desalentador.
A estas horas, cuando escribo estas líneas,
los ciudadanos de varios países se enfrentan de nuevo a las urnas en unas
elecciones que no anuncian nada bueno.
Dependiendo de los resultados electorales
en Grecia el futuro de este desastre llamado Unión Europea será más incierto
todavía.
Dependiendo de los resultados electorales
el futuro del proyecto político en Francia tal vez necesite retoques o salga
reforzado
Dependiendo de los resultados la historia
en Egipto dará un nuevo giro, tal vez a peor.
Y mientras nos encontramos con noticias
que rozan el esperpento, el mal gusto y la sospecha de que una parte de la
población vive en una dimensión de la realidad y otra en la realidad misma.
En twitter se informaba a través de la
cuenta de Javier Solana que el tratado de Lisboa de 2007 abre la puerta jurídica
al abandono de la Unión Europea. Ningún otro tratado lo contemplaba. Esto se
traduce con que los juristas de la UE andan locos revisando las leyes por si
Grecia da un susto.
En otra cuenta se informaba de que el
Congreso Español debatirá el martes una propuesta conjunta de todos los grupos
contra la pobreza infantil. Lo que a mi personalmente me parece una muestra de
cinismo difícil de calcular.
En otra cuenta se informa de que el Banco
Mundial dice que Europa está haciendo demasiado poco y muy tarde.
Otra cuenta informaba esta mañana de que
los jugadores de futbol de la Selección Española no tributarían aquí las primas
que obtengan de la Eurocopa, que al parecer si ganan pueden ser de 300.000
Euros y que las que ganaron en Sudáfrica 2010 fueron de 600.000 Euros.
Ayer se informaba de que mineros de
Inglaterra, Polonia, Chile y Alemania llegaban para apoyar a los mineros de
Asturias, al tiempo que conocíamos que el señor Divar, ganaba unos 10.000 Euros
brutos al mes, más que el Presidente del Gobierno.
También se hacía eco una cuenta de que el
expresidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero opinaba que si España hubiese
ahorrado más en los dos últimos años estaríamos mejor posicionados para
soportar este desastre.
Según la cabeza pensante del FMI España debe
bajar los sueldos de los funcionarios y aumentar impuestos mientras ella olvida
que cobra un sueldo escandaloso.
Hoy se confirmaba que en 2010 José Blanco
al frente del Ministerio de Fomento, contrató con el pintor Antonio López la
ejecución de un retrato de Francisco Álvarez Cascos último Ministro de Fomento
del Gobierno Aznar por un importe de 165.000 Euros más IVA lo que arroja una
cifra final de 190.000 euros. La elección del pintor que realiza estos cuadros
es privilegio del retratado. Aunque de momento no se ha pagado esta obra se
pagará. Por otra parte el retrato del anterior presidente del Congreso José
Bono costará 82.600 euros IVA incluido lo que ha indignado a todos porque su
antecesor Manuel Marín optó por una fotografía que tan solo, tan solo costó
24.780 Euros.
No comprendo sinceramente como se puede
perpetuar esta costumbre de inmortalizar a hombres de estado para la
posteridad. Cuando se empezó esta galería de celebridades políticas fue en una época
en la que no existían los medios técnicos para permitir a las generaciones
futuras conocer la historia. Ahora que nos movemos en internet y que contamos
con una amplia galería de imágenes al alcance de todos, no creo que sea necesario
pagar de la hacienda pública esas pretendidas obras de arte, que tan solo
constituyen una muestra de egocentrismo en mayúsculas, en una necesidad
enfermiza de perpetuarse en la memoria colectiva.
No es necesario, puesto que con solo
recordar algunos de los despropósitos administrativos de cada uno de los
representantes de las administraciones de este país, es necesario para que
pasen a la historia más negra.
¿Cómo podrán reunirse el martes todos los
partidos para hablar de la pobreza infantil en España sabiendo que el pueblo,
ese pueblo al que le niegan el pan y la sal esta pagando el tributo a la
historia de aquellos a los que lo que le suceda al pueblo en el futuro les
importa bien poco?
Y ya puestos a sumar cifras indignantes,
hace unos días me llegó vía Facebook una lista de gastos que podrían
recortarse. No se si serán ciertos porque en este país el acceso a las cuentas
claras no es posible, pero me temo que no anda el documento demasiado
equivocado.
Pero al parecer entre sueldos
inmerecidos, edificios construidos y que o están vacíos o que solo se han
utilizado una vez, aeropuertos en los que no aterrizan aviones o que solo
reciben 52 pasajeros al año, renovación de ordenadores y limpieza en el
Congreso y el Senado, tranvías que no circulan, estaciones de tren que solo se
utilizan en un 25%, servicios de jardinería en embajadas, mantenimiento de
piscinas en embajadas, decoración de embajadas, los 32.000 coches oficiales que
al parecer están considerados como tal en las 17 comunidades autónomas y demás
partidas inimaginables y probablemente más que prescindibles, al parecer el
pueblo podría ahorrarse unos 463.431.035 de Euros.
La lista de despropósitos es tan larga y
tremendamente humillante e insultante que mis ojos se han cansado y mis oídos están
más que hartos de semejante goteo de veneno y ponzoña informativa.
Para acabar les diré que antes de citar
los apartados anteriores he consultado el Boletín Oficial del Estado en su
versión digital y la única información que aparece relacionada con el tema
gastos de embajadas por ejemplo, data de partidas aprobadas para los años 1960
y 1961.
Puede parecerles un chiste pero les
aseguro que es real. Tal vez es que no he sabido buscar el concepto adecuado, tal
vez es que soy una creadora de conspiraciones excelente. No lo se. Lo único que
se es que espero que un día todo esto acabe y que los cimarrones dejen de
alimentarse con la sangre de presas inocentes.
Pero a lo mejor todo esto acaba antes
porque a este paso no les van a quedar presas inocentes con las que
alimentarse.
Molt bó Blanca, completament d'acord amb tot el que dius !!!
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