Fotografías que muestran los desayunos más
apetitosos, los aperitivos más divertidos, cafés que son pequeñas
ilustraciones, combinados sofisticados, mojitos de los que te derriten las
piernas, te sueltan la lengua y te hacen volar, sobremesas divertidas, con café
y copa, terrazas con vistas de ensueño, tumbonas, flores, cojines de colores e
incluso velas que tiemblan acariciadas por el viento…un café con leche que te
entona un día de lluvia, sesiones de karaoke de las que sales doblada de la risa…y
gente que entra y sale, que llega y saluda, se queda, te cuenta, te pregunta, sonríe,
regresa al trabajo, llega del trabajo, se relaja, te cuenta cómo va la
clasificación de liga... y que son amables y entrañables y maravillosos y
solidarios…todo ello lo encontrareis en un bar del norte de la Península, El
Bar Baruco, (@BarBaruco ).
Llevaba muy poco tiempo en twitter cuando el
alma de ese grupo de gente divertida y amable me encontró y sin saber cómo me
convirtió en parte de ese mundo virtual.
Os aseguro que si alguien decidiese producir
una serie basada en las peripecias de la parroquia de este local, tendría el éxito
asegurado.
Es agradable celebrar cumpleaños, onomásticas,
que por fin es viernes, que no llueve, que es verano…simplemente que estamos
vivos y alegres…
Como os decía el alma de este grupo se llama
José. Tiene mucho sentido del humor, es un filósofo por descubrir, un literato
maravilloso, también bloguero (le podéis encontrar en amigosdebaruco.blogspot.com.es), tiene buen gusto musical…
Él se define a sí mismo como un ciudadano
cualquiera, pero os aseguro que no lo es.
He tardado varias semanas en situarle en mi galería
de “tipos estupendos” y al final lo he logrado. Es el Raguenau del siglo XXI.
Raguenau
en la ficción es un pastelero maravilloso que vive, trabaja y sueña en el Paris
del siglo XVII. Escribe poemas al mismo tiempo que dirige su negocio. De alma
sensible y generosa, da cobijo y alimento a poetas jóvenes recién llegados a la
capital del Sena. Y lo más importante, Raguenau es un buen amigo de Cyrano de Bergerac, otro tipo excepcional
y singular.
José es un poquito Raguenau. Escribe, elabora series de fotografía maravillosas, crea
montajes de video sobre uno de sus amores, su tierra...
Y lo más importante tiene una paciencia de
santo. Especialmente conmigo que soy de letras y para los números, ya sea un cálculo o elegir números para el sorteo de un jamón me colapso.
Si ahora veis que La Pequeña Balboa tiene un
color más vivo es gracias a él.
Me ha enviado una lista de instrucciones para
mejorar el aspecto del blog que incluso yo he logrado entender. Así que también podríamos añadir a su lista
de cualidades la de profesor @BarBaruco es un millón de cosas, pero desde luego
no podemos definirle como ciudadano cualquiera.
Si alguien quiere pasar por @BarBaruco que no
lo dude…el ambiente es cálido y amable y la gente que allí se reúne es
sencillamente especial.
Gracias a tod@s por las risas y las alegrías,
los aperitivos y el karaoke.
Gracias
por todo a tod@s.
Muchas
gracias a ese ciudadano tan particular…José.
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