Se me acumula el trabajo. Bueno no lo interpretéis
de forma literal. Se me acumula el trabajo que me impongo diariamente para
mantenerme activa y productiva, para no perder agilidad mental y física.
Porque si,
querid@s amig@s sigo sin trabajo, sigo siendo uno de los escollos que molesta a
Mariano Rajoy Brey, sigo siendo una de las piedras en su famosa senda hacia el
desastre, sigo siendo una de las componentes de esta legión de desemplead@s que
ya supera los 6 millones de personas diga lo que diga el gobierno.
Estar desemplead@ es una prueba de
resistencia moral, mental y física.
Moral porque te han enseñado que debes
trabajar para ganarte el pan que comes y ahora eso es imposible. Por tanto cada
miga de pan que te llevas a la boca tiene el inconfundible sabor de la
culpabilidad, de una amargura parecida a la de las hierbas amargas que
acompañan algunos platos de la pascua judía para recordar las amarguras del
cautiverio en Egipto.
Moral porque debes dinero, a todo el mundo. Sin
la ayuda de familiares y amig@s que por el momento conservan su puesto de
trabajo resultaría imposible no ya hacer frente a los gastos más básico, sino
incluso comer.
Moral porque te sientes como una nueva
especie de parasito social, porque te sientes culpable incluso por respirar.
Física porque debes sacar fuerzas de donde no
hay, para resistir cada golpe, porque en ocasiones ni siquiera tienes para
comer y es difícil enfrentar un nuevo día.
Física porque no duermes pensando en cómo serán
las cosas cada amanecer.
Física porque te cansas de escuchar siempre
lo mismo, que no hay salida.
Lo que te queda, lo único que te han dejado,
es la capacidad de reinventarte y tratar de seguir en pie por si llega el día
en que la situación cambie.
Lo peor es que para cada pequeño paso necesitas
dinero. Un dinero que no tienes y que o no te atreves a pedir o no puedes pedir
porque ya estás tan endeudada que no quieres cruzar un nuevo límite.
Entre mis rutinas diarias se encuentran
intentar madrugar, algo que consigo a duras penas no solo porque paso las
noches pensando cómo conseguir ingresos, pagar facturas y comer, sino porque el
dolor continuado característico de la fibromialgia y el proceso reumático que
afecta a mis huesos me impiden descansar.
También dedico buena parte de mi tiempo a mantenerme
informada sobre actualidad, posibles ofertas de trabajo o las novedades del
mercado laboral.
Y no podemos olvidar los momentos dedicados a
la burocracia. Momentos infinitos, eternos y a todas luces estériles.
Hace pocos días una cadena de televisión
privada dedicó todo un programa a mostrarnos porque Alemania es tan estupenda y
tan moderna y tan europea y civilizada y porque España es tan tan tan…España.
Me llamó especialmente la atención un comentario sobre subsidios y la ayuda
económica que el estado presta a l@s desemplead@s.
Nos contaron que el subsidio por desempleo
alemán tiene una duración de un año. Luego si no tienes suerte y por tanto no
te puedes incorporar al mercado laboral, el estado te ayudará a sobrevivir. Pero
nada es gratis. Siempre deberás estar a disposición del estado y si se te
requiere para una tarea cumplirla.
Me parece bien. Es más o menos lo que yo
propuse hace unas semanas a la trabajadora social que me “atendió”. La
entrevista empezó tarde porque antes que a mi atendió a otras personas. No voy
a entrar en valoraciones sobre las visitas anteriores y las que estaban
esperando a que yo saliese del despacho.
La trabajadora social me preguntó sobre los
motivos de mi visita. Estuve tentada de decirle que “me aburría en casa y
quería ampliar mis relaciones sociales” pero me abstuve. Cuando acudes a la
asistenta social “ es obvio porque lo haces. Pero imagino que debe ser una
pregunta estándar del cuestionario.
Una vez desgranada mi lamentable historia
personal y económica, entre llantos porque ese día me sentía más huérfana y
desvalida que nunca, me dijo que como pagaba mis facturas, era capaz de proveer
de alimentos a mi padre y lo más importante el piso en el que vivimos es de
propiedad para mí y mi familia no estaba prevista ayuda alguna. Estaban
desbordados y no había presupuesto suficiente.
En un momento de creatividad mental, le comenté
que no pedía ayuda sin ofrecer nada a cambio que si era necesario dentro de mis
limitaciones físicas me veía capaz de ofrecer mis servicios en alguna escuela o
centro cívico o división municipal (los servicios sociales a los que acudía son
los de la ciudad más chachipiruli del mundo mundial Barcelona) como recepcionista
o telefonista.
La respuesta fue rápida y tajante. Aquel despacho
era el de Servicios Sociales no la oficina de una ETT.
Así que podéis imaginar la risa floja que me
entró cuando escuché lo bien que lo hacen en Alemania y lo mal que lo hacemos
aquí.
Otro de las visitas obligadas fue al INEM-SOC
para informarme sobre la posibilidad de solicitar un subsidio mientras espero
que lleguen tiempos mejores.
Mi última prestación por desempleo (6 meses x
139 Euros) me llegó en marzo. Las normas exigen que antes de solicitar ampliación
del subsidio debe transcurrir un mes natural y en los quince días posteriores puedes
informarte y hacer la solicitud.
Pedí cita previa y me la concedieron para el
día 30 de abril. Pero una vez en la oficina me dijeron que debía esperar una
semana más.
Antes de marcharme pregunté al simpático joven
que me atendió sobre la dirección y el teléfono de la oficina a la que debía dirigirme
para solicitar la valoración de un tribunal médico en relación con mis
problemas físicos, que incluso los trabajadores del INEM-SOC creen que
constituyen un obstáculo para mi reinserción laboral.
El amable joven me entregó una nota con los
datos solicitados. Pero para mi sorpresa, al llegar a casa comprobé que no eran
correctos y necesité realizar varias llamadas a los servicios telefónicos municipal
y autonómico de información, antes de descubrir que la citada oficina de INSS
había sido trasladada.
La nueva cita previa para el INEM-SOC marcada
para el 6 de mayo estuvo a punto de costarme un disgusto. En la hoja de
registro figuraba mi DNI pero no mi nombre. Malditos procedimientos
automatizados.
Tras una hora de espera me encontré de nuevo
frente a otra amable joven que me informó de que tenía derecho a una prestación
de seis meses de duración. Pero no se me ha aplicado el supuesto de que soy
mayor de 45 años. Directamente se me aplica el supuesto de “soltera sin cargas
familiares. Falta poco para que además añadan una casilla con datos como “es
mujer y utiliza bastón para caminar, con sobrepeso, no es guapa”.
Dicen que en el transcurso de los próximos 15
días me informarán sobre si se aprueba según el reglamento que reciba esta
prestación de seis meses. Así que no sé si me la concederán y cuál será la
cantidad puesto que no me he casado ni he sido madre.
Como la entrevista se resolvió rápidamente dirigí
mis pasos a la oficina del INSS para iniciar el trámite para solicitar el
dictamen de un tribunal médico. La conversación con la dama que me atendió fue
digna de un buen guion de comedia.
Ventanilla.-
(tras mi solicitud de la instancia a rellenar) Necesito su DNI. Lo fotocopiaré
para adjuntarlo a la instancia…está segura de que nunca ha estado aquí ¿verdad?
Yo.-
Si señora totalmente segura (desde luego esas cosas no se olvidan)
Ventanilla.-
Pero segura segura ¿verdad? Mire que podemos saber si no es cierto porque su
nombre aparecerá en la pantalla si existe un expediente previo…
Yo.-
De verdad que es la primera vez (falto que jurase por lo más sagrado)
En los siguientes minutos me dediqué a
rellenar la instancia con los datos que se me solicitaban. Una vez
cumplimentado el tramite nuestra conversación se reanudó…
Yo.-
Ya he acabado…
Ventanilla.-
Muy bien…a ver…(segundos dedicados a la lectura entre dientes de mis datos)… Oh
se ha dejado una casilla por marcar…
Yo.-
Lo siento…
Ventanilla.-
No se preocupe…veamos…la solicitud para que un tribunal médico emita un
dictamen sobre posible incapacidad…
Yo.-
Si…
Ventanilla.-
¿Es para incapacidad física o psíquica?
Yo.-
(tras respirar hondo y no dejar de sonreír) Física, física de momento…pero si
las cosas siguen así…tal vez sea una valoración psíquica…
Ventanilla.-
¿Perdón?
Yo.-
Oh bueno era una broma…
Ventanilla.-
Ya veo. Es admirable que no pierda el humor…en fin…(sellos y más sellos con
fecha de entrada en el registro) ya está…recibirá una carta con la fecha y la
hora de la visita al tribunal no antes de dos meses…que tenga un buen día…
Yo.-
Igualmente y muchas gracias.
Así que ahora estoy como dice la canción
esperando que “lleguen cartas”. Por el momento solo llegan las del banco en
forma de facturas pagadas. Nada más.
Y mientras llegan esas cartas que decidirán
parte de mi destino y mi vida en los próximos meses…me he impuesto varias
tareas entre ellas seguir trabajando en este blog, esta pequeña ventana al
mundo que compartimos.
Como siempre gracias muchas gracias por
vuestra atención.
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